miércoles, 24 de noviembre de 2010

Las Wengeradas

Sí, es cierto. Es verdad que el Arsenal es un club admirable tanto por su filosofía como por su trayectoria. Estoy de acuerdo con los que idolatran a Arsene Wenger y halagan el hecho de que consiga mantener a los gunners en la élite, a pesar de contar con un presupuesto muy inferior al del resto de equipos grandes de la Premier. El técnico francés cambió por completo este Arsenal, que es su Arsenal desde hace ya casi quince años, y lo convirtió en una máquina de ganar que fue la envidia de toda Europa durante varios años. Sus exitosos fichajes salidos de la nada y el juego rápido y vertical que despliega su equipo han marcado una época.


Sin embargo, hay muchas cosas que no me gustan de este Arsenal, que es su Arsenal. No me agrada que Wenger sea visto como un caballero cuando ha dado muestras veraces de que no lo es (en esto me recuerda a Guardiola). No estoy de acuerdo con que uno de los clubes más importantes de Inglaterra apenas cuente con jugadores nacionales en sus filas. Dudo que la directiva no pueda hacer más por mantener a jugadores vitales en la plantilla como Gallas o Adebayor, o para al menos, encontrar repuestos dignos para ellos. Odio que Cesc juegue tan adelantado o que Clichy siga siendo titular en el lateral izquierdo. No logro comprender como la irregularidad de Nasri es antepuesta a la eficiencia de Rosicky, y me cuesta asumir que se pretenda comparar a Walcott con Henry o que Fabianski cuente siquiera con minutos.




Pero el colmo llegó ayer. Después de manifestar muestras de desvarío en varios partidos de la Premier, Wenger ayer se volvió a equivocar. El mismo Sporting de Braga que eliminó de forma vergonzosa al Sevilla en la fase previa de la Liga de Campeones, le endosó un 2-0 al Arsenal y le complica la clasificación para octavos. Parece ser que a Wenger no le asusta jugar con fuego y, a pesar de que su equipo se jugaba la clasificación, en el partido de ayer alineó un once en el que hasta cinco jugadores suplentes saltaron al campo como titulares. No es la primera vez que el técnico francés hace cosas parecidas, ya que en la competición doméstica, y siempre ante rivales claramente inferiores, suele realizar rotaciones que no siempre traen buenos resultados al equipo. De hecho, si este Arsenal se ha descolgado en los últimos años de la lucha por el título es debido a la pérdida ilógica de puntos en campo contrario contra rivales que deberían ser asequibles.



En definitiva, Arsene Wenger demuestra tener todas las características para ser uno de los mejores entrenadores de la historia reciente del fútbol, como bien afirma el periodista Axel Torres cada vez que tiene oportunidad. Sin embargo creo que siempre le faltará ese 'algo' que separa a los ganadores, de los 'intentos de'.

No puedo ni me quiero despedir sin antes hacer alusión a las palabras de mi estimado 'amigo' J.J. Sarabia. Este individuo ha vuelto a hablar de mí es su monotemático espacio web, criticando la manera en la que afirmo que Manzano pide refuerzos para el Sevilla. ¿Damos todos por asumido que Del Nido no está conforme con el partido que realizó su equipo ante el Mallorca? Sí, ¿verdad? ¿Estamos seguros de que Guardiola ha pedido refuerzos como el de Afellay? Por supuesto que sí. ¿Del Nido o Guardiola han hecho declaraciones con tales afirmaciones? No, pero no es necesario. No hay más preguntas, señor Sarabia. Continúe usted lanzando chinitas en forma de ingenuas ofensivas verbales contra mi blog, que yo seguiré golpeando el suyo con demoledores y pesados argumentos. Y por favor, VEA FÚTBOL.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El Sevilla y su miedo a dar el salto

La historia reciente del Sevilla es la historia de un club que no supo ser grande. Aquel equipo que logró alzarse con la Copa de la UEFA hace ya más de cuatro años en Eindhoven convirtiéndose en el orgullo del fútbol español, se ha convertido poco a poco en una institución cada vez más criticada.


Cuando el controvertido José María Del Nido asumió la presidencia del conjunto hispalense, dio inicio a una nueva filosofía basada en la austeridad económica y en una coherente gestión de los humildes recursos de los que disponía. Esa brillante planificación fue la que llevó al equipo a los puestos de arriba de la tabla y a hacerse con un nombre en Europa. Sin embargo, al contrario de lo que hizo en su momento el Deportivo de la Coruña o el Valencia, el Sevilla no ha sabido cambiar el chip para mantenerse en la élite.

Los fichajes realizados este año demostraron a la afición de Nervión que el club tiene miedo a dar un salto de calidad que implique asumir una serie responsabilidades mayores. Tanto Monchi como Del Nido pensaron que sería suficiente con Guarente (cuya lesión ha demostrado una falta de competencia en la directiva imperdonable), Cigarini o Dabo para que el equipo afrontase un año más los retos que se le planteaban. Y Antonio Álvarez lo pagó caro.


El Sporting de Braga fue el primer equipo en demostrarles que se equivocaban. La vergonzosa eliminación del Sevilla en la previa de la Liga de Campeones puso en evidencia la planificación de la plantilla de la que tantas veces ha presumido (cargado de razón) Del Nido. Hasta un ciego se daría cuenta de que lo que este equipo necesita es reforzar el centro del campo con futbolistas que aporten conceptos tácticos y sobre todo técnicos en posiciones en las que Renato o Romaric quedan en evidencia. Hernanes, Javi Márquez, Borja Valero o Zurutuza son el perfil de jugador que un endiosado Monchi es incapaz de valorar como es debido. El director deportivo ha acertado con tantos jugadores que se piensa que todo lo que toca es oro. Pero los estrepitosos fracasos de fichajes como Konko, De Mul o Koné han demostrado que Dani Alves solo hay uno.

Además, el Sevilla ingresa lo suficiente con la venta de jugadores (a veces excesiva) y con el precio de los abonos (que son abusivamente altos) como para satisfacer de una vez por todas a sus aficionados con un fichaje de nivel que no cree tantas dudas como el adorado/odiado Negredo. Manzano desea fervientemente los refuerzos y si la directiva no se mueve rápida y contundentemente en invierno el equipo deambulará por los campos de Primera.


Pero además del mal diseño de la plantilla, la actitud del Sevilla en los últimos años ha sido más que criticable. Aún se recuerdan las míticas palabras de Del Nido en las que aseguraba que se comería del león hasta el rabo, o el teatro partido tras partido de Capel cada vez que recibe un golpecito del rival, o el odio que genera por toda España un Palop que demuestra con sus actitudes sobre el campo aún más soberbia que Monchi. Sin duda no es este el final que queremos para la bonita historia que iniciaron en 2006 los jugadores que vencieron por cuatro goles a cero al Middlesbrough. Esperemos que en Sevilla tomen nota.



Y hablando del Sevilla, me vienen a la mente las palabras de un acérrimo aficionado de este equipo. Se llama J.J. Sarabia. Sí, ya sé que os he hablado mucho de él, pero su última entrada no tiene perdón, ya que dedica la mitad de la misma a hablar de mí, cosa que me halaga por un lado y que, por otra parte, me hace reflexionar. Ha afirmado que me tendió la mano antes de que comenzara esta batalla, pero ha mentido como un bellaco, ya que podéis comprobar cómo en su primera entrada ÉL Y SOLO ÉL tira la primera piedra. Sin embargo me tacha a mí de dar inicio a todo esto. Esa acusación tiene la misma validez que si yo ahora mismo y desde aquí le llamo zoofílico. El señor Sarabia está mordiendo más de lo que puede tragar, y solo nos queda esperar asustados a leer su próxima entrada y contemplar con qué nuevas armas le hace un flaco favor a la profesión de periodista.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El fútbol agoniza en Italia

¿La horizontalidad y el buen gusto del Barcelona o la verticalidad y el orden del Real Madrid? Son diversos estilos de juego que por suerte podemos observar en España y que nos permiten deleitarnos cada fin de semana. En Italia no tienen esta suerte. Cada año el Calcio se vuelve más triste en su juego y menos atractivo para el espectador. Hace dos jornadas se alcanzó la triste cifra de doce goles en los diez partidos que se disputaron, lo que dice muy poco del fútbol que se practica en ese país.


Los empates a cero comienzan a ser la tónica dominante de una competición que se encuentra en decadencia. La Bundesliga le pisa los talones y es probable que dentro de unos años sean cuatro los equipos alemanes que participen en la Liga de Campeones y únicamente tres los italianos. Sería un duro golpe para el Calcio, una competición que históricamente ha recibido a grandes jugadores como Weah, Van Basten, Bierhoff, Batistuta o Ronaldo, y que sin embargo, hace unos años, se convirtió en una jaula de la que grandes estrellas como Zidane tuvieron que emigrar para poder demostrar la verdadera valía de su fútbol.

Es triste comprobar como por ejemplo un Nápoles-Génova, con Lavezzi, Pastore, Palacios o Veloso sobre el campo, termina sin goles y lo que es peor, sin una sola jugada trenzada con sentido por alguno de los dos equipos. Y tres cuartos de lo mismo sucede cuando los grandes se enfrentan entre sí. Y es que, a pesar del triplete conseguido el año pasado, da la sensación de que a este poco renovado Inter de Milán de Rafa Benítez le costará repetir la gesta. Sus resultados, y sobre todo su juego, están siendo muy diferentes a los del año pasado, y es que a pesar de que muchos tildan a Mourinho de ser un entrenador defensivo, la intensidad y la verticalidad siempre ha estado presente en sus equipos. Sin embargo, en Italia, a día de hoy, incluso el ritmo del juego en los partidos se ha visto reducido.

La Juventus y el Milan, por su parte, han optado por una total revolución en sus plantillas con la que tampoco han conseguido mejorar de forma notable el nivel de su juego. El equipo de Berlusconi optó por el star system propio del cine americano de los 30 y los 40 para volver a ilusionar a su afición, pero a la efectividad y elegancia de los Robinho, Ronaldinho y Pato le afecta sobremanera una plantilla corta que se parte en dos cada vez que el ritmo que le impone el rival aumenta las revoluciones del partido. La Juventus en cambio se ha refugiado en el 4-4-2 imperturbable de Luigi Del Neri para mostrar un bloque compacto que depende en exceso de Del Piero y de la electricidad de Krasic para ganar partidos, ya que la creatividad de su centro del campo suele ser nula.




De hecho, en el partido del pasado domingo que enfrentó a la Vecchia Signora contra el Cesena, se pudo observar claramente como los equipos recién ascendidos están comenzando a apostar por el fútbol de toque para intentar doblegar a los grandes del Calcio. Ya sucedió el año pasado con el Bari, y esta temporada un Cesena liderado por Parolo en el centro del campo (un jugador a lo Xavi, algo que no abunda en Italia) parece que quiere apostar por el buen gusto en su fútbol como camino más corto hacia la victoria. Ante la Juventus dominó casi por completo el partido a pesar de contar con un jugador menos durante bastante tiempo.



Con todo esto, parece difícil que Italia comience a dar bola a los Parolo, Cigarini, Candreva o Liverani, y lo más probable es que Palombo, Gattuso, Sissoko, o Motta ganen un combate en el que la técnica agoniza mientras la táctica prepara el hachazo final que coloque al Calcio como la cuarta liga europea, y bajando.




Pero no puedo cerrar esta entrada, en la que hablo de lo decrépito que es el fútbol en algunos lugares, sin acordarme de mi buen amigo J.J. Sarabia, un firme defensor de anteponer el fondo a la forma y el fin a los medios. En su blog, que por cierto cuenta con bastantes menos visitas que el mío, compruebo de nuevo de forma lamentable que continúa hablando del Sevilla, y solo del Sevilla. Desde aquí le aconsejo, señor Sarabia, que si desea aumentar el éxito de su espacio, diversifique los contenidos para intentar así llegar a más gente. No se obceque, como les sucede a la mayoría de entrenadores que pasan por el Pizjuán, y deje volar su imaginación, como hace Özil cada vez que su empeine acaricia la pelota.

Los vestigios del Albacete

Son pocas las alegrías que el fútbol nos ha dado a los castellano manchegos desde que el balón comenzó a rodar por primera vez en nuestro país cerca de Huelva a finales del siglo XIX. Equipos como el Manchego, el Tomelloso, el Puertollano o el Conquense han intentado en los últimos años levantar el orgullo balompédico local, sin embargo únicamente el Toledo, que consiguió sobrevivir en Segunda División durante gran parte de la década de los noventa, y sobre todo el Albacete, han conseguido pasear el nombre de Castilla La Mancha por los grandes estadios de Primera y Segunda División en la historia reciente de nuestro fútbol.




Es imposible no recordar a Parri, Aranda, David Sánchez o Mark González plantando cara a Real Madrid y Barcelona hace unos años. El Albacete consiguió mantenerse durante dos temporadas en Primera División e hizo soñar a sus aficionados con la posibilidad de perpetuarse en una de las competiciones futbolísticas más importantes del mundo. Sin embargo, el equipo manchego no logró mantenerse mucho tiempo y en la temporada 2005-2006 se vio obligado a iniciar una nueva andadura en la categoría de plata.



Desde entonces, los altibajos del equipo han sido palpables y ni el juego ni los resultados han sido los esperados. A pesar de los esfuerzos que ha venido haciendo la directiva en los últimos años, al contratar a jugadores de renombre como Salva Ballesta, Stuani o Bizera, el Albacete ha sufrido cada año por mantener la categoría. Todo ello, unido a los continuos cambios de entrenador, ha hecho muy difícil que la estabilidad llegue al Carlos Belmonte.

Esta temporada las cosas parece que no van a ser muy distintas. David Vidal se marchó por la puerta de atrás después de salvar del descenso al equipo la temporada pasada, ya que la directiva manchega fue incapaz de llegar a un acuerdo para la renovación del contrato del técnico gallego. De este modo, llegó Antonio Calderón al banquillo para gestionar una plantilla debilitada tras la desbandada de jugadores importantes como Alberto Aguilar, Callejón, Stuani o Fernando Sales. Los refuerzos que han llegado han sido insuficientes y el equipo afronta los partidos con una desconfianza que se nota en el paupérrimo juego que viene desplegando, sobre todo fuera de casa.




Solo las genialidades del preocupantemente irregular Pipino Cuevas, la creatividad del inexplicablemente suplente Nuñez, o el arrojo y la garra de jugadores como Kike Tortosa o Verza, aparecen como argumentos a favor de un grupo de futbolistas que ha sido abandonado por la afición. Y es que en los últimos partidos disputados en casa, las gradas del Carlos Belmonte han presentado un aspecto desolador, con apenas 2.000 aficionados, una de las cifras más bajas de la categoría.




Todos esperamos que el Alba vuelva a ser el que era, y que la ciudad apoye de una vez por todas a una directiva que quiere pero no puede y a un equipo al que únicamente le hace falta coherencia y un par de piezas clave en su columna vertebral para lograr alejarse del descenso y volver a mirar hacia arriba.

martes, 9 de noviembre de 2010

Carroll, ¿el futuro nueve de la selección inglesa?

Cuando hace ahora más de una década, Alan Shearer dejó de formar parte de las convocatorias de la selección, los ingleses perdieron a la que durante mucho tiempo había sido su referencia en la delantera. Con 30 goles en 63 partidos, Shearer se convirtió en el goleador del equipo y en uno de los hombres clave que llevaron a Inglaterra a las semifinales de la Eurocopa de 1996.

Muchos fueron los delanteros que vistieron la zamarra pross después de su marcha. Sin embargo, solo Michael Owen consiguió alcanzar sus cifras goleadoras, a pesar de no ser un delantero centro puro. Fowler, Phillips, Sheringham, Vassell, Crouch, Defoe o Bent son algunos de los futbolistas que han aspirado a triunfar en ese puesto sin cumplir las expectativas. El hecho de que Emile Heskey fuese titular en el pasado Mundial de Sudáfrica habla muy poco del resto de delanteros ingleses. Y es que desde hace años Inglaterra ha sido criticada por no tener puntas de primer nivel que aporten a la selección el grado de calidad que le falta para ganar títulos.

Solo la enorme calidad de Wayne Rooney (al que tampoco podemos considerar un nueve), la disciplina impuesta por Capello y la formación de un grupo compacto en defensa y en el centro del campo provocó que la selección inglesa llegase con buena imagen al continente africano el pasado verano. Pero pronto llegaron las dudas debido a la falta de imaginación en la medular, la inseguridad en la portería, y sobre todo por culpa de la falta de instinto asesino en la delantera.



De este modo, Inglaterra volvió pronto y todo el mundo se preguntó cuándo encajarían las complicadas piezas del puzle de la selección nacional. Y parece que el inicio de la temporada en la Premier League ha aportado solución a algunas de estas dudas. Jóvenes jugadores como Wilshere, Adam Johnson, McEachran o Muamba comienzan a brotar en el espectro futbolístico inglés como futuribles piezas fundamentales para la selección. Pero quizá la aparición más fulgurante ha sido la del jugador del Newcastle Andrew Carroll. Este joven y espigado delantero de 21 años y 1,91 metros de altura es un delantero distinto al resto. Conjuga calidad y técnica con buen remate de cabeza y olfato de gol, y ya se ha convertido en uno de los máximos artilleros de la Premier League. Su gran proyección ya se atisbaba el año pasado, cuando ayudó a las urracas a volver a la máxima categoría del fútbol inglés gracias a sus 18 goles.



En el partido que el Newcastle disputó ante el Arsenal el domingo pasado, se pudo constatar una vez más la valía del que puede ser el próximo nueve de Inglaterra. Carroll marcó el tanto de la victoria adelantándose con inteligencia por alto a la salida de Fabianski, pero también lideró la mayoría de las acciones ofensivas de su equipo. Su enorme movilidad provoca que caiga constantemente a las bandas, desorientando a la defensa rival y apareciendo en el momento indicado para jugar la pelota, casi siempre con criterio.




Sin duda Carroll tiene muchas características para asumir, junto a Rooney, el peso de la delantera de la selección inglesa en los próximos años. Capello ya lo tiene apuntado con letras rojas en su agenda y pronto llegará su primera convocatoria con el equipo nacional, heredando el puesto que dejó vacante Alan Shearer hace tiempo y del que ya se ha hecho cargo en el Newcastle, equipo en el que el mítico delantero inglés marcó una época.